05 septiembre 2008
De la inmoralidad
Las cunas nocturnas,
libran mis bestias ardientes;
por mis venas disparan salvas
para provocar
tu desnudo e indefenso cuerpo,
que arde bajo la crueldad que yo impongo.
Sutil, estratégico
y con mi don de hombre hasta que el rito acabe
te dejare dormida,
y me olvidare de tu perfume fugaz,
de tu caricia.
Tal ves te pensaré, si las bestias quieren.
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